domingo, 2 de diciembre de 2007

ANULACIONES


Tenía un amigo y una amiga que cuando se conocieron, observaron que tenían tantas cosas en común que decidieron hacerse pareja. Con el paso del tiempo, eran tantos los gustos y los comportamientos idénticos, que pensaron con lógica aplastante que sus coincidencias iban más allá de la casualidad. Cada vez que los veía, me sorprendía ver que en sus rasgos faciales iban apareciendo huellas del otro, y últimamente aseguro que sus rostros se han desdibujado tanto que ya no distingo quién es quién. Por la calle, cuando los acompaño, advierto que la gente se les queda mirando como a un par de gemelos y puedo asegurar que finalmente sus huellas dactilares han desaparecido. A veces me quedo mirando las fotos de quienes fueron y me echo a llorar por los amigos desaparecidos.

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