jueves, 10 de abril de 2008

LA INTELIGENCIA


LA INTELIGENCIA

Jaime era tan inteligente que se había dejado los ojos estudiando una carrera de Ingeniería para ser el mejor de su promoción; era tan inteligente que trabajaba doce horas al día para ganar un dinerillo extra aparte del sueldo envidiable que ganaba; era tan inteligente que se compró un piso en la playa y no en la montaña, como a él le gustaba, porque era mejor inversión; era tan inteligente que había conseguido el prestigio social que siempre había deseado, a costa de no ser él mismo; era tan inteligente que por las noches, se tragaba una pastillita de valium, cerraba sus ojos para no pensar en la jornada de mañana y, con un dedo metido en la boca, dormía como si fuese un recién nacido, esperando ser cobijado por los brazos de su mamá.

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